5/10/2005

Tensión


Vino el golpe. Pegó de lleno. Te derrumbó unos instantes. Pero la misma fuerza del golpe hizo al cuerpo levantarse, protegerse.
Protección de qué, por qué.

Estaba descuidado, peleando contra enemigos, en plena batalla.

No espera que desde mí misma trinchera descollara la fuerza que hizo pedazos aquel mundo por el que luchaba.

Ahora no es necesario protegerse, pero se teme, un miedo atroz a la cercanía, a la trinchera, a crear mundos nuevos.

Encima, el crisol que contenía la posibilidad resultó endeble para contener tantos sueños.

No más miedos, no más nostalgias, no más confianzas, no más depositarios, no más mundo aquel y abrirse a ver y sentir lo que es y será...

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